Los usos sociales de la ciencia*: PLOS, Nature y Science

La sociología de la ciencia formalmente investiga cómo se organiza socialmente la comunidad científica en la producción, difusión y reclutamiento o entrenamiento de sus integrantes. Pierre Bourdieu en Los usos sociales de la ciencia*, define a la sociología de la ciencia como reposada

en el postulado de que la verdad del producto- la verdad científica- reside en particulares condiciones de producción; es decir, más precisamente, en un estado determinado de la estructura y del funcionamiento del campo científico. El universo « puro » de la ciencia más « pura » es un campo social como otro, con sus relaciones de fuerza, sus monopolios, sus luchas y sus estrategias, sus intereses y sus ganancias.

Y precisamente en estos últimos meses se ha venido dando un debate que Juan Freire ha llamado La guerra del acceso abierto en la edición científica y que corresponde al tipo de fenómenos que estudia la sociología de la ciencia,  respecto a los modelos de publicación de PLoS, Nature y Science  y que pone en tela de juicio todo el sistema de autoridad científica en base a cantidad de publicaciones de investigaciones, pues publicar un artículo de investigación en una revista de prestigio,  es algo de rigor para la reputación y credibilidad de la investigadora /or.

Sobre esto Apuntes Científicos desde el MIT ha publicado una interesante entrada comentando  la falta de credibilidad que revistas como Science y Nature están acumulando debido a la publicación de artículos o « papers » poco rigurosos  pero que tienen impacto instantáneo. Esta entrada se basa en el análisis de PLos Medicine de la Public Library of Science titulado ¿Por qué las actuales prácticas de publicación pueden distorsionar la ciencia? donde se postula que

« las investigaciones aparecidas en publicaciones de gran impacto como Nature o Science tienen más posibilidades de ser erróneas que otras similares publicadas en revistas de categoría inferior. ¿Por qué? Por los criterios de publicación: si un estudio está bien hecho y presenta resultados espectaculares puede terminar en Science o Nature, pero si otro parecido obtiene resultados negativos o menos contundentes, aunque esté mucho mejor realizado y por tanto se aproxime más a la realidad, termina publicado en revistas de menor impacto. »

Para un mejor entendimiento de este debate cabe señalar que la Public Library of Science,

es “una organización sin fines de lucro integrada por científicos, con el objetivo de convertir a la literatura médica y científica del mundo en un recurso público”. PLoS nació en 2001, como una iniciativa dentro del movimiento open-access, que exhortaba a los investigadores a enviar sus artículos sólo a revistas científicas que hicieran disponibles los manuscritos a todo el mundo, inmediatamente posterior a la publicación, o pasado unos meses. Algunas revistas respondieron haciendo libre su contenido, pero la gran mayoría siguió cargando con altos aranceles el acceso a la información.

En 2003, PLoS se convirtió en editorial científica al publicar su primer journal, PLoS Biology, la primera de una serie de revistas científicas cuyos artículos sufren revisión por pares (peer-review) Ssitema del que ya hemos hablado acá), como en cualquier publicación de ciencia de la actualidad. Hoy, muchos de los journals de PLoS gozan de un muy buen prestigio (lease: “factor de impacto”), siendo alguno de sus artículos fuente de noticias en los medios de comunicacion alrededor el mundo.Todo, incluyendo las publicaciones, se acoge a una licencia Creative Commons que permite (La piedra filosofal.

El sistema de PLOS (la viabilidad del acceso abierto como modelo de negocio de la edición científica)  ha sido acusado por Declan Butler en Nature de dos cosas:

de mantener un modelo económico insostenible y de publicar artículos mediocres(« sub-standard ») precisamente en PLoS One, nacida apenas hace un año y medio (diciembre de 2006). Butler dice que se trata de una revista donde se aplica un ’light’ peer-review y donde cuela todo lo que no sea manifiestamente erróneo o impresentable. Se trataría de artículos que se aceptan sólo por recaudar la cuota del autor (Juan Freire).

PLoS ha evitado entrar en el debate o tan siquiera reconocer oficialmente la existencia del artículo de Nature siguiendo la regla blogosférica “Do Not Feed The Trolls » (“no alimentes a los trolls”). Al menos así lo ha explicado  el Online Community Manager de PLoS ONE, autor de A Blog around the Clock, en el post On the Nature of PLoS… En todo caso, en ese mismo post incluye las respuestas de muchos otros bloggers y científicos y que, mayoritariamente defienden el modelo PLoS y critican a Nature por su tono tendencioso.

Volviendo al tema, el artículo de PLOS Medicine ¿Por qué las actuales prácticas  de publicación pueden distorsionar la ciencia?  se dice además
La autoridad de las revistas  se deriva cada vez más  de su selectividad. Una excusa común para la selectividad se basa en  una limitación irónicamente irrelevante en la era moderna de poco espacio de páginas impresas. Este es esencialmente un ejemplo de una escasez artificial. Escasez artificial se refiere a cualquier situación en la que, a pesar de una mercancía existe en abundancia, las restricciones de acceso, la distribución o la disponibilidad hacen que parezca raro, y, por tanto, con sobreprecio. Estas bajas tasas de aceptación crean una ilusión de exclusividad basada en el mérito produciendo la más frenética competencia entre los científicos para « vender » los manuscritos.
Entonces viene la pregunta, como ejemplo de Pere Estupinyà, de un artículo del cual comentamos en De miedos y neofobias: el pensamiento conservador, publicado en Nature llamado Science  Political Attitudes Vary with Physiological Traits el cual establece con tan solo una muestra de 46 personas que los republicanos (conservadores) tiene más miedo que los demócratas.
Imaginemos ahora, dice Estupinyà, que otro grupo hace un nuevo estudio con 200 personas en lugar de 46, y con experimentos mejor diseñados metodológicamente, pero no encuentra diferencias significativas entre demócratas y republicanos. ¿Se publicará tal estudio en Science? Podéis apostar que no. El estudio más preciso quedará relegado a una revista más discreta. Consecuencia: la imagen final de la ciencia que obtienen los investigadores o reflejan los periodistas si sólo se tiene en cuenta Science o Nature puede estar sistemáticamente distorsionada .
El artículo de PLOS,continúa Estupinyà,
avala su hipótesis con un estudio realizado en 2005 que analizó 49 de los estudios clínicos más citados entre 1990 y 2003, y que habían aparecido en las tres revistas médicas de mayor impacto (New England Journal of Medicine, JAMA y Lancet). Un tercio de estos habían sido rebatidos al poco tiempo por investigaciones posteriores, y atribuye esto al fenómeno del Winner’s cursesimilar a una victoria pírrica que se produce en el valor común de subastas con información incompleta.

En este  contexto no podemos dejar de mencionar otra vez a Pierre Bourdieu,quien  basado en su teoría de los campos, describe al

« campo científico, como un sistema de relaciones objetivas entre posiciones adquridas, que es el lugar de una lucha competitiva que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica, inseparablemente definida como capacidad tpecnica y como poder social, o, si se prefiere, el monopolio de la competencia científica que es socialmente reconocida a un agente determinado, en el sentido de capacidad de hablar e intervenir legítimamente (es decir, de manera autorizada y con autoridad) en materia de ciencia.

La lucha por la autoridad científica, especie particular de capital social que asegura un poder sobre mecanismos constitutivos del campo y que puede ser reconvertido en otras especies de capital, debe lo esencial de sus características al hecho de que los productores tienden ( tanto más cuanto más autónomo es el campo) a no tener otros clientes posibles que sus competidores. Esto significa que dentro de un campo científico fuertemente autónomo, un productor particular no puede esperar el reconocimiento del valor de sus productos (reputación, prestigio, autoridad, competencia, etc.) sino de los otros productores.

Bourdieu divide el campo científico en dos formas de poder correspondientes a dos especies de capital científico: el poder temporal o político, a saber el poder  institucional o institucionalizado sobre los medios de producción y reproducción y el poder personal correspodiente al prestigio.

Bourdieu dice al respecto

Habría que analizar los efectos, en el funcionamiento del campo científico, de esta dualidad de poderes:¿Sería el campo científicamente más eficiente si los más prestigiosos fueran también los más poderosos?. Y si suponemos que sí, ¿sería necesariamente más soportable?

Todo lleva a pensar que todo el mundo (o casi) sale ganando con esa división de los poderes, es decir, el hecho de que el poder temporal sobre el campo científico sea la mayor parte de las veces otorgado a una tecnocracia de la investigación, a unos investigadores que no son necesariamente los mejores desde el punto de vista de los criterios científicos.

Precisamente es eso lo que intenta demostrar el artículo de Plos Medicine comentado en Apuntes Científicos del MIT.

Y bueno el debate está candente que  puede ser un excelente tema de investigación para antropólogos y sociólogos de la ciencia. No todo lo que brilla es oro y no todo lo publicado en revistas de divulgación científica con un fuerte prestigio es de gran calidad y muchas veces responde a poderes específicos políticos  de un sistema que responde funcionalmente a la coyuntura y que puede distorsionar el conocimiento científico.
Otro tema de investigación es el sistema de publicación con código abierto de las investigaciones científicas que en la actualidad se está debatiendo incluso en el Congreso de Estados Unidos  ( ver Debate sobre Open Access en publicaciones científicas en EE.UU.) y el sistema de revisión por pares en las publicaciones científicas para garantizar que posibles enemistades personales u otros condicionantes no afecten la decisión final de los revisores, aquellos que a la postre deben evaluar si el trabajo es apto o no para ser publicado en las revistas de divulgación.
Enlaces relacionados:
* Los usos sociales de la ciencia Pierre Bourdieu Ediciones Nueva Visión Buenos Aires 2000

2 réponses sur « Los usos sociales de la ciencia*: PLOS, Nature y Science »

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